Un embarazo en la adolescencia es traumático
en la mayoría de los casos, porque genera un conflicto que se establece
entre ser madre o padre y al mismo tiempo continuar siendo adolescente,
casi siempre menor de edad, que necesita ser educado y controlado por
los padres.
El embarazo en la adolescencia también
provoca el abandono de los estudios, ya que cuando las chicas
adolescentes quedan embarazadas deben asumir responsabilidades muy
tempranas de madres que, por lo general, no pueden compartir con el
estudio, o se les dificulta notablemente por lo que optan por tener a
sus bebés y abandonar la escuela. La decisión hipoteca la vida de la
joven para siempre, condenada a un presente de niña madre y un futuro con pocas expectativas profesionales y económicas.
Otro agravante es que el padre adolescente en general no asume la
responsabilidad paterna y los bebés al final se quedan con la madre.
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